Posteado por: Omar George Carpi | marzo 1, 2013

La larga librería del Paseo del Prado


Varias carpas se levantan cada mes de marzo en el Paseo del Prado de Cienfuegos para acoger las ofertas literarias de la Feria Internacional del Libro

Varias carpas se levantan cada mes de marzo en el Paseo del Prado de Cienfuegos para acoger las ofertas literarias de la Feria Internacional del Libro

La costumbre de instalar quioscos en el Paseo del Prado durante eventos literarios como las ferias del libro es una tradición de larga data en la ciudad de Cienfuegos.
A falta de referencias más antiguas, “Perlerías” recurre a estas imágenes de la tercera Semana del Libro, celebrada por el Instituto de Segunda Enseñanza de Cienfuegos en el mes de abril de1951, con la cooperación del Ministerio de Educación.Durante siete días consecutivos, en un tramo de la alameda de unos cien metros comprendidos entre las calles de Dorticós y La Mar, justo frente a la parte posterior del plantel, quedaron habilitadas mesas y casetas para la comercialización de diversos títulos.

Uno de los stands montados en el Paseo del Prado durante la Feria del Libro de 1951en la ciudad de Cienfuegos.

Uno de los stands montados en el Paseo del Prado durante la Feria del Libro de 1951en la ciudad de Cienfuegos.

Aunque la favorecida era sólo una de las casi veinte cuadras con que cuenta el Paseo – considerado por cierto como el más extenso del país – el entorno arbolado y los bancos dispuestos a intervalos, creaban un ambiente propicio para esa suerte de aventura intelectual en que se convierte toda incursión en una feria de libros.

La arquitectura circundante, de portales continuos y fachadas eclécticas, aportaba la escenografía urbana ideal para tales menesteres. Conferencias y conciertos complementaban aquella iniciativa literaria, para crear un ambiente de fiesta cultural a la que los cienfuegueros ya nos hemos acostumbrado.
Guardo todavía, entre mis recuerdos de infancia, un recorrido de la mano de mi padre por las tarimas de otra Feria del Libro, desplegada entonces ya no en aquellos cien metros enmarcados por dos intersecciones, sino en unas tres cuadras a lo largo del Prado. Eran los primeros años de la década del sesenta y la Revolución contribuía a la democratización de la cultura con un esfuerzo editorial que puso miles de títulos de la literatura cubana y universal a disposición de un público cada vez más interesado en la lectura.

Uno de los mostradores habilitados para la feria de 1951. Nótese en la parte superior izquierda de la foto el tupido follaje de uno de los árboles del Paseo.

Uno de los mostradores habilitados para la feria de 1951. Nótese en la parte superior izquierda de la foto el tupido follaje de uno de los árboles del Paseo.

Con el paso del tiempo, la propuesta se ha hecho más abarcadora en áreas y ofertas. Patrocinadas ahora por un Ministerio y no por una escuela y con un público mejor preparado para asimilarlas, las actuales ediciones anuales de la Feria Internacional del Libro en Cienfuegos dan, como las de antaño, un papel protagónico al Paseo del Prado.


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